Manuel López Luna: “Ella ha sido el cauce por el que Dios se acerca a la humanidad“
Querido/a hermano/a:
Estamos ya en el mes de mayo, el mes de la Virgen María con el precioso título de Auxiliadora de los Cristianos.
En este mes os invito a que sea un tiempo precioso, una oportunidad para presentarle a María todas las cosas que nos pasan por nuestro pensamiento, de peticiones o de acciones de gracias a la Santísima Virgen por cuantas cosas nos suceden a diario en nuestra vida. Pongamos a la Santísima Virgen Auxiliadora en medio de todas las circunstancias.
Porque la Virgen María no es un atajo que nos hemos buscado los cristianos para salvar la aparente distancia de Dios, sino que Ella ha sido el cauce por el que Él mismo ha querido acercarse a nuestra humanidad. En María se dio el abrazo mayor con el que el Señor quiso hacer suyas también nuestras preguntas, andar nuestros caminos, llorar nuestras lágrimas y brindar por nuestros contentos. De la Virgen nació Dios al hacerse hombre.
Por eso María no es una sustituta de quien únicamente nos salva, ni un piadoso entretenimiento en medio de nuestra incertidumbre o intemperie. Ella dijo su “hágase” a la Palabra, un sí inmenso a todo cuanto Dios dice o cuanto Él calla. No hay carencia del buen vino en las bodas de la vida, ni hay tampoco ausencia al pie de nuestras cruces, porque María se nos dio como madre cuando por Ella Dios se nos hizo hermano.
Es el motivo por el que os animo a vivir los cultos que celebramos en honor de nuestra Auxiliadora con intensidad y que la buena compañía que podemos tener en estos días de la Virgen en nuestra basílica o por las calles de nuestra ciudad en la procesión. Don Bosco empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en solo cuatro años estuvo terminada la basílica.
El santo solía repetir: “Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen”. Desde aquel santuario comenzó a extenderse la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que la Virgen concede a quienes la invocan con ese título, que esta devoción ha llegado a ser una de las más populares. San Juan Bosco decía: “Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros“. Una gracia de ternura, un libro abierto en el que aprender a ser cristianos, una cercanía que no nos sustituye, sino que con discreción diligente nos acompaña, nos protege, nos arropa. Una madre que da la vida, la nutre y la ve madurar hasta la santidad, esta es nuestra María Auxiliadora.
Un abrazo grande en María nuestra madre y que ELLA bendiga siempre tu casa.