María Auxiliadora ha procesionado en hasta 3 pasos diferentes. El paso procesional actual de la Santísima Virgen fue diseñado y labrado por el artista Manuel Guzmán Bejarano (1962-1964). La Sagrada Imagen descansa sobre canastilla de primorosa talla neobarroca, cuyo trabajo, invadido por perfiles arquitectónicos que rompen y animan la trama curvilínea, supuso una auténtica revolución para su tiempo.
También es singular de este paso la rica ornamentación angélica, con seis ángeles mancebos tallados por Francisco Buiza (1964) y hasta cuarenta querubines repartidos por todo el conjunto artístico.
El llamador del paso (Manuel de los Ríos, 2004), fue regalado por la Hermandad del Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad cuando se cumplió el cincuentenario de la Coronación Canónica de María Auxiliadora.
Los faldones del paso procesional fueron diseñados por el mismo Manuel Guzmán Bejarano pero no llegaron a ejecutarse. Francisco Carrera Iglesias ha sido el encargado de completar este conjunto con el bordado de los faldones (2018-2019).
El paso procesional de San Juan Bosco fue también diseñado y tallado por Manuel Guzmán Bejarano, años después del paso de María Auxiliadora.
La canastilla sobre la que descansa el Santo Fundador de los Salesianos es de bombo curvilíneo, con doce resaltes arquitectónicos, rematados por otras tantas copas. En la parte delantera del canasto, bajo un templete, se encuentra una reliquia de San Juan Bosco.
Luis Ortega Bru (1966), tallará ocho ángeles que decoran todo el conjunto artístico alrededor del paso procesional.
Talleres Salesianos Stma. Trinidad 1954; Archicofradía María Auxiliadora
RIZO HARO, Luis; 1993 Archicofradía María Auxiliadora
RIZO HARO, Luis; 2004 Archicofradía María Auxiliadora
DÍAZ, José Félix; 2008 Archicofradía María Auxiliadora
BARRERA BELLIDO, Nuria; 2014 Archicofradía María Auxiliadora
VARGAS VERDEJO, Diego; 2018 Archicofradía María Auxiliadora
MÉNDEZ JARÉN, José Mª.; 2020 Archicofradía María Auxiliadora
AGUADO HERNÁNDEZ, Fernando J.; 2021 Archicofradía María Auxiliadora
LÓPEZ RODRÍGUEZ, Mª Victoria; 2022 Archicofradía María Auxiliadora
JIMÉNEZ PÉREZ-CEREZAL, José Mª.; 2023 Archicofradía María Auxiliadora
CABRERA LASSO DE LA VEGA, José María.; 2024 Archicofradía María Auxiliadora
GONZÁLEZ JARAQUEMADA, Pilar; 2007 Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla
(FERNAND) FERNÁNDEZ, Antonio; 1997 Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla
Autor desconocido; Década 1950 Colección Particular
Autor desconocido Colección Particular
VARGAS VERDEJO, Diego; 2020 Colección Particular
MÉNDEZ JARÉN, José Mª.; 2020 Colección Particular
VARGAS VERDEJO, Diego; 2021 Colección Particular
VARGAS VERDEJO, Diego; 2021 Archicofradía María Auxiliadora
BARRERA BELLIDO, Nuria; 2013 Colección Particular
DEL VALLE, ; 2013 Colección Particular
VARGAS VERDEJO, Diego; 2017 Colección Particular
GIL LOZANO, Ricardo; 2023 Colección Particular
VARGAS VERDEJO, Diego; 2018 Colección Particular
VARGAS VERDEJO, Diego; 2018 Colección Particular
1.- Campanitas de la torre,
de mi vieja Trinidad,
mi pensamiento recorre,
tiempos de felicidad.
Cuando a sus plantas llegaba,
con mis problemas de niño,
mi corazón se alegraba,
al recibir su cariño.
Que siempre recordaré
la Misa de las mañanas,
que ya nunca olvidaré,
los ecos de tus campanas.
2.- Colores de tu vestido,
son el rosa y el celeste,
dulce recuerdo querido,
yo quiero volver a verte.
Volver a ver tu sonrisa,
y tu porte inmaculado,
y contemplarte sin prisa,
y sentirme embelesado.
Ver la gracia de tu pelo,
la sonrisa de tu niño,
que con aire de consuelo,
prodigaba con cariño.
3.- De celestiales jardines,
es caricia perfumada,
con aroma de jazmines,
la gracia de tu mirada.
Cuando las flores nacieron,
de mil benditos colores,
Serafines las pusieron
en tu carita de amores.
Y tus manos generosas,
que reparten bendiciones,
se parecen a las rosas
perfumando corazones.
4.- Madre de generaciones,
de Don Bosco protectora,
tus alumnos son legiones,
te llaman AUXILIADORA.
Que la semilla plantada
en nuestras almas de niño
hoy es la mies cosechada
por su trabajo y cariño.
Y postrados de rodillas,
suplicando tus favores,
te proclaman en Sevilla
la Virgen de sus amores.
1.- Porque tus alumnos viejos
al mundo testimoniaron
que su trabajo fue lejos
y la meta conquistaron.
Son ejemplos de constancia,
aurora prometedora,
impregnados de fragancia
de la flor Auxiliadora.
Están sirviendo al SEÑOR
con trabajo y alegría,
demostrando así el amor
que profesan a María.
2.- Te traemos flores blancas
del jardín de los amores,
rendidos a tus plantas
suplicamos tus favores.
Cantamos por sevillanas
venerando tu memoria,
¡Eres aurora temprana!
¡Flor del jardín de la Gloria!
Tú recibes en la cruz
amor de consoladora,
Tú eres auxilio de luz
Esperanza redentora
3.- Corona de maravilla
para Ti, ¡Reina del Cielo!
gozosa te dio Sevilla
por acariciar tu pelo.
Son piedra de tu corona,
lágrimas y bendiciones,
favores de tu persona,
¡sevillanas oraciones!
Son amapolas sencillas
de color de corazones,
son salesianas semillas,
¡sevillanas emociones!
4.-Te canto con ilusión
mi plegaria de ternura
y es tema de mi canción
mi cariño de locura.
Eres ¡Bendito Sagrario!
de mi Dios la madrecita,
¡Fortaleza de Calvario!
¡Auxiliadora Bonita!
Que con entrega sincera
en súplica de favores,
llegue mi hora ostrera
con el alma de colores.
1.- Reina y Señora,
Reina y Señora,
Reina y Señora.
¡Ole! ¡Salero!,
Trinidad, salesiana,
qué bonita es tu Virgen,
que yo venero.
Que yo venero,
i Ole!, viva su gracia,
i Ole! ¡Salero!
i Ole!, viva su gracia,
que yo venero.
¡Reina y Señora!
Los cristianos te aclaman,
¡Reina y Señora!
Los cristianos te aclaman
¡Su Auxiliadora!
2.- Su Redentora
Su Redentora
Su Redentora
Celeste y rosa
Tu vestido y tu mando
Celeste y rosa,
Son colores de encanto.
Celeste y rosa
Y tu carita
Llena de resplandores
Y tu carita
Morenita de amores,
Rosa Bendita.
¡Su Redentora!
Hoy tus hijos te cantan
¡Su redentora!
Hoy tus hijos de cantan
¡Su Auxiliadora!
3.- Su protectora
Su protectora
Su protectora
Rosa de mayo
Eres flor de las flores
Rosa de mayo,
Eres virgen de amores
Rosa de mayo.
A tu grandeza
Pido yo los favores
De tu belleza
Quiero yo los fulgores
¡Flor de pureza!
¡Su protectora!
Tus hijos te proclaman
¡Su protectora!
Tus hijos te proclaman
¡Su Auxiliadora!
4.- Su salvadora,
Su salvadora,
Su salvadora,
Luz de mi vida
Resplandor de colores.
Luz de mi vida,
Filigrana de amores,
Luz de mi vida.
Cara morena
De color de trigales,
Cara morena
Consuelo de mis males
¡Flor nazarena!
¡Su salvadora!
Todos juntos te llaman
¡Su salvadora!
Todos juntos te llaman
¡Su Auxiliadora!
1.- Son mis cantos y oraciones
Como ecos de campanas,
Son, fuego de corazones,
Con ritmo de sevillanas.
Al cantarte, Madre mía,
Don Bosco goza en el cielo,
Le alegra nuestra porfía,
Que es el fruto de su anhelo.
El condujo nuestras vidas,
Por los caminos certeros
Sus ordenanzas queridas
Nos hizo hombres sinceros
2.- Es María Auxiliadora,
dulce faro de la mar,
mi socorro y protectora,
mi veneración sin parar.
Porque mis pasos de niño
Ella guio con ternura,
Porque es fuente de cario
Me cautivó su hermosura.
Con lágrimas de emoción
Agradezco sus primicias,
con fuego en el corazón
yo suplico sus caricias.
3.- Auxilio de los cristianos
Refugio de nuestras penas,
¡Gloria de los salesianos!
¡Luz de belleza serena!
Consuela los corazones
De tus hijos pecadores,
Sigue otorgando perdones
Con tu derroche de amores.
Tú eres fuente de ternura,
Que venero y reconozco,
¡Yo te quiero con locura!
¡Virgencita de Don Bosco!
4.- En las tinieblas del mar,
Que surcamos por la vida,
Serás mi Estrella sin par,
Auxiliadora querida.
Voy contigo navegando
en divina singladura
y mi alma va llegando
a tu puerto de ventura.
En la proa de mi nave
Tu nombre será bandera,
Tu amor, la brisa suave
En mi derrota postrera.
1.-Rosa tempranera
Del mes de mayo
Del mes de mayo
Rosa tempranera
Del mes de mayo
Rosa tempranera
Del mes de mayo
Del mes de mayo
Azucena sin mancha
De firme tallo
Azucena sin mancha
De firme tallo
2.-Sagrario de la vida
Fiel mediadora
Fiel mediadora
Sagrario de la vida
Fiel mediadora
Sagrario de la vida
Fiel mediadora
Fiel mediadora
Y del hombre perdido
La Auxiliadora
Y del hombre perdido
La Auxiliadora
3.-Entre pétalos blancos
Se oculta el cielo
Se oculta el cielo
Entre pétalos blancos
Se oculta el cielo
Entre pétalos blancos
Se oculta el cielo
Se oculta el cielo
Y aroma que perfuma
Tu negro pelo
Aroma que perfuma
Tu negro pelo
4.-Que larga ha sido la espera
Madre que duro este quebranto
Duro mi quebranto
Que larga ha sido la espera
Duro el quebranto
Que larga ha sido la espera
Duro el quebranto
Duro el quebranto
Que hace dos primaveras
Que no te canto
Que hace dos primaveras
Que no te canto
Estribillo:
Y escalofrío
Siente mi cuerpo al verte
No me sueltes de tu mano
María auxiliadora de los cristianos
1.- Ya se giró la veleta
Que a tu espadaña señala
Que a tu espadaña señala
Ya se giró la veleta
Que a tu espadaña señala
Ya se giró la veleta
Que a tu espadaña señala
Que a tu espadaña señala
Llegó mayo y las banderas
Con los colores que aclaman
La devoción de Sevilla
En tu frente coronada
2.- Guapa te ven mis ojos
Princesita salesiana
Princesita salesiana
¡Qué Guapa te ven mis ojos!
Princesita salesiana
¡Qué Guapa te ven mis ojos!
Princesita salesiana
Princesita salesiana
Resplandor de resplandores
Estrella de la mañana
La que cura las heridas
Del que se rinde a tus plantas
3.- No existe pena en el mundo
Que no alivie tu mirada
Que no alivie tu mirada
No existe pena en el mundo
Que no alivie tu mirada
No existe pena en el mundo
Que no alivie tu mirada
Que no alivie tu mirada
Por grande que sea el quebranto
Tu corazón se desgana
Repartiendo tus auxilios
Por los rincones del alma
4.- Los cohetes van al cielo
Y del cielo te caen las flores
Y del cielo caen las flores
Los cohetes van al cielo
Y del cielo te caen las flores
Los cohetes van al cielo
Y del cielo te caen las flores
Y del cielo te caen las flores
Tu calle sol se engalana
Para brindar sus amores
Y yo te brindo mi canto
Entre vivas y clamores
Estribillo:
Y a ti, a ti yo te quiero a ti
Porque como tu ninguna
Bendita sea la hora
En la que acudí a tu nombre
Y fuiste mi Auxiliadora,
y fuiste mi Auxiliadora
1.-De celeste y rosa el cielo
tiñes Madre con honor.
Madre de los Salesianos
De Don Bosco su refugio
del que sufre, su consuelo…
Auxilio de los Cristianos
en tu manto me protejo.
Siendo sólo una chiquilla
agarrada de mi madre
al salir para la escuela
Le pedía por los míos
Cada mañanita al verla.
Y Sevilla a ti te espera
pa rezarte Auxiliadora
pa gritarte que eres bella
Y en las horas de la lucha
no me dejes Madre Buena
2.- Rendidos ante tus plantas
Reina de la Trinidad
Del pequeño al más anciano
cuando llega el mes de Mayo
todo el mundo viene a verte
Pero aquí estás todo el año
para todo el que te rece
Con esa mirada dulce
Las promesas del anciano
Los temores del que empieza
Tó lo escuchas, Auxiliadora
Tó lo cumples, compañera
Y Sevilla a ti te espera
pa rezarte Auxiliadora
pa gritarte que eres bella
Y en las horas de la lucha
no me dejes Madre Buena
3.- De este mar tempestuoso
brillas fuerte como estrella
Vienen tiempos de tristezas
La vida no es siempre fácil
se nos van los más queridos
y en las horas de la lucha
me das paz cuando te miro
Cuando no me queden fuerzas
llévame siempre contigo
agarrada de tu mano
Junto a tu hijo más querido
Auxilio de los Cristianos
Y Sevilla a ti te espera
pa rezarte Auxiliadora
pa gritarte que eres bella
Y en las horas de la lucha
no me dejes Madre Buena
4.- Y hoy te haces sevillana
al bajar junto a tu gente
El corazón me palpita
al ver dulce tu carita
al compás del costalero
hoy yo quiero emocionarme
como ya lo hacia mi abuelo
Todo un pueblo que te añora
que te grita que eres Guapa
Que por calle Sol se agolpa
entre pétalos y flores
¡Viva María Auxiliadora!
Y Sevilla a ti te espera
pa rezarte Madre Mía
pa gritarte que eres bella
¡Y tocar contigo el cielo
Y de Mayo ser la Reina!
1.- Levántame la mirada
Ahora te tengo de frente
Ahora te tengo de frente
Levántame la mirada
Ahora te tengo de frente
Levántame la mirada
Ahora te tengo de frente
Ahora te tengo de frente
En esta tu bajadita
Donde somos poca gente
Ahora yo canto bajito
Pa’ todo aquel que te quiere
Estribillo:
Levántame la mirada Auxiliadora
Mírame, mírame, mírame
Por la gracia de Dios
Mírame Reina del cielo
Mírame Reina del cielo
Que por ti me muero yo
1.- Se despertó el mes de mayo
Y por mayo mi alegría
Y por mayo mi alegría
Se despertó el mes de mayo
Y por mayo mi alegría
Se despertó el mes de mayo
Y por mayo mi alegría
Y por mayo mi alegría
Que veo cumplir este sueño
Auxilio del alma mía
Bajo mil lluvias de flores
Verte pasear por Sevilla
2.- Que se nos de tu mirada
Hasta el nombre de esta calle
Hasta el nombre de esta calle
Que se nos de tu mirada
Hasta el nombre de esta calle
Que se nos de tu mirada
Hasta el nombre de esta calle
Hasta el nombre de esta calle
Y es que no hay sones señora
Que a ti puedan igualarte
Ni luz de luna, ni estrella
Ni brillo, los cuatro mares
3.- Tu elegancia me enamora
Tu hijo nos vuelve loco
Tu hijo nos vuelve loco
Tu elegancia me enamora
Tu hijo nos vuelve loco
Tu elegancia me enamora
Tu hijo nos vuelve loco
Tu hijo nos vuelve loco
Te llevo como bandera
Y como dijo Don Bosco
A María Auxiliadora
To’ los piropos son pocos
4.- Desde niño me has tenido
Rendido siempre a tus plantas
Rendido siempre a tus plantas
Desde niño me has tenido
Rendido siempre a tus plantas
Desde niño me has tenido
Rendido siempre a tus plantas
Rendido siempre a tus plantas
Y ahora me tienes de frente
Con un nudo en la garganta
Cantando lo que te quiero
Al compás de sevillanas
Estribillos:
a.Ole como tu cara ninguna
Del mundo la más bonita
Contigo ya no hay quien pueda
Auxiliadora bendita
b.Ole como tu cara ninguna
La mejor del mundo entero
Viva María Auxiliadora
La Virgen que yo más quiero
1.-Revuelo en los Salesianos
Hay a finales de mayo
Baja María Auxiliadora
A pasear por su Barrio.
2.-Cuando está en la calle Sol
Pétalos le caen del cielo
Paseando va mi Virgen
Por alfombra de romero.
3.-A las Monjas de Sor Ángela
La Virgen va a visitar
Y Sor Ángela en el cielo
Le dice ¡que guapa va!
4.-Al llegar a su Santuario
Los Salesianos La esperan
Es la Virgen más Hermosa
Que por Sevilla pasea.
Estribillos:
a.- Don Bosco a las golondrinas
Les dice no arméis ruido
Que esta perfumando el aire
La Rosa del Barrio mío.
b.- Don Bosco a los Angelillos
Les dice no arméis ruido
Que el Niño Jesús en sus brazos
Cansado se ha quedado dormido.
A María Auxiliadora en su glorioso descendimiento, la tarde del 30 de mayo 1941. Sevilla.
Olía la tarde dorada de mayo
a espigas, a heno, a rosas y a acacias…
Y en el aire había un vaho de pureza,
tan suave y lleno de divina gracia,
que me sentí niño, vestido de blanco
cuando emocionado me postré a tus plantas.
¡María Auxiliadora!
¡Qué cosas te dije sin decir palabra!
Cuando el sacerdote con sus manos blancas,
en mi pecho puso tu sagrada imagen,
me sentí tan puro, tan lleno de gracia,
que me atreví osado, lleno de inocencia
a mirar tu cara
¡María Auxiliadora!
¡Qué cosas te dije sin decir palabra!
Recordé el momento,
cuando pan divino, en mesa sagrada,
tomé una mañana de mayo florido,
que también olía a rosas y acacias;
y lloré contrito,
por no ser tan niño, por no ser tan bueno
como allá en mi infancia.
¡María Auxiliadora!
¡Qué pena, sin llanto, lloraba mi alma!
Después descendiste con tu Hijo en los brazos,
rodeada de estrellas entre nubes blancas;
sentí tu presencia, tan cerca, tan cerca,
tan dentro del alma,
que, de gloria y gozo, mis ojos lloraban
¡María Auxiliadora!
¡Qué llanto, sin pena, ¡lloraba mi alma!
Auxiliadora de Sevilla. Sevilla.
Y a Ti, Virgen Auxiliadora,
no hubo mano humana que te coronase,
ni artista que te tallase tu sonrisa,
ni escultor que tu mirada bajase.
Porque a Ti te coronó Sevilla,
Y Tú tallaste tu sonrisa,
Y tu mirada bajaste,
Para ser consuelo de esa enorme legión
de cristianos y salesianos,
que cuando a tus plantas se acercan,
tu sonrisa de Madre Inmaculada
y tu mirada serena y tranquila les dice:
venid a mí y no temáis,
venid que yo seré vuestro consuelo,
venid que yo seré vuestra alegría,
porque mi hijo quiso que yo fuese
Auxilio del que llora
Auxilio del sevillano
Auxilio del que sufre
Auxiliadora de los Cristianos.
A María Auxiliadora. Revista Flores. Sevilla.
Madre de amor; tu nombre dulce y santo
llena el alma de júbilo y consuelo,
es refugio en las penas y en el duelo,
alivia los dolores y el quebranto.
Mi patria está anegada en triste llanto
y agoniza en un mar de desconsuelo;
mírala bondadosa desde el cielo,
sálvala entre los pliegues de tu manto.
Da término feliz a mi esperanza,
colmándola de dicha y bienandanza,
de poder, de riquezas y alegría…
En el borde se encuentra de la tumba;
impide con tu auxilio que sucumba;
¡No permitas que muera, Madre mía!
A Don Rúa. Revista Flores. Sevilla.
[…]Si aquí de la Santa Madre
de Dios todo preconiza
la Pureza Inmaculada,
¡qué mucho que mi Sevilla
los favores de la Virgen
y las mercedes reciban!
Auxilio de los Cristianos,
Auxiliadora María,
Tú de Sevilla y de España
numen fuiste y fuiste egida.
Por Ti de impúdica Venus
triunfaron Justa y Rufina
oyeron tu dulce nombre
las altas peñas sombrías
de Covadonga: en las Navas
derrotaste a la morisca:
el triunfo diste al Rey Santo
en tierras de Andalucía;
y en la prora de una nave
de ligera y frágil quilla,
que de mares tenebrosos
las negras olas hendían,
estrella del navegante,
tu imagen santa y bendita
como sol que rompe nubes
y nieblas resplandecía […]
A María Auxiliadora Reina y Madre de España. Sevilla.
…ante su altar
¡Miradla!…, la aurora no es más bella.
No es más clara la luz que su sonrisa,
no hay más aroma en la celeste brisa
ni más pureza en la divina estrella.
Rosal de Jericó no iguala a Ella;
a sus plantas la luna está sumisa.
La Gloria el Ángel de su amor la irisa
y su Gracia, de Dios tiene la huella.
Entre nubes y bellos arreboles
¡Miradla!… iOh, mirad con que ternura
a Jesús nos tiende. Aquellos soles.
Que el cielo de sus ojos han prendido
del mundo borraran la noche oscura.
¡Su Amor, a nuestra España ha redimido…!
La razón de un título . Sevilla.
Princesa de la gloria, soberana
de un reino sin dolor, pena ni llanto.
Eres del orbe celestial encanto.
Eres la luz que alegra la mañana.
Veneno celestial, que el bien dimana,
llenando el corazón de gozo santo.
de nuevo como en aguas de Lepanto,
inundan tus corrientes la orda insana.
Eres bondad y poder. Amor y vida.
Consuelo al pecador que gime, y llora
del mundo engañador la paz perdida.
Todo lo más excelso que atesora
tu alma, ab aeterno preelegida,
se cifra en la palabra ¡Auxiliadora!
Pregón de las Glorias de Sevilla . Sevilla.
Todo lo puede Tu Amor
hacia los que te pidieron,
aquellos que veneraron
aquellos que bien sintieron
la Grandeza de Tu Auxilio
que colma nuestros anhelos.
Virgen Santísima y Pura
vas metida en nuestros pechos
porque Tú nunca nos dejas
porque sales al encuentro
de todos los que te ruegan
y siempre nos das un Beso
en lo hondo del espíritu
para servirnos de aliento.
Madre Amable de mi vida
Tu Confianza yo espero
porque eres Madre en la Tierra
aunque Tú estés en los Cielos.
Todo le parece poco
siempre a nuestro sentimiento
para cada día honrarte,
para ofrecerte su esfuerzo,
para entregarte con Fe
humildad y sufrimiento,
para orar de corazón
por todos los que se fueron,
para decirte María
que Tu Amor no merecemos,
que tienes tanta Bondad
que todo parece un sueño
cuando se entra al Santuario
y se te mira en silencio,
Joya de la Trinidad
Luz del mediodía pleno,
Esplendor del Paraíso,
Flor que no marchita el tiempo.
En la hora de la angustia
sostiene nuestros cimientos,
que no nos falte la Fe,
que en Ti, María, pensemos
Fúlgida Estrella en la noche
brillando más que un lucero
paseando Tu Belleza escoltada
por incienso en Tu Procesión Gloriosa
entre millares de ruegos
-Virgen Gloriosa y Bendita-
rodeada por el pueblo.
No nos olvides, Señora
que Tu Auxilio queremos
para ganar bien la Gloria
trabajando por el Reino
que Tu Hijo nos enseña
desde Sus Brazos abiertos
porque en la Tierra te amamos
con todos nuestros adentros
repitiendo sin cesar
que Sin Pecado te hicieron,
que no pudo Concebirse
mejor mujer al momento
para llevar con dulzura
en Sus Entrañas al Verbo.
Viva María Auxiliadora
decirlo a coro queremos
y el talante salesiano
a nuestra vida imponerlo.
Mas cuando todo se acabe,
-cuando terminen los tiempos-
fija Tus Ojos, Señora
en los que bien te quisieron
Oh, María Auxiliadora
Fuente Eterna de Consuelo
y al fin de nuestra existencia
danos Tu Amor Verdadero
y Rendidos a Tus Plantas
llévanos contigo al Cielo
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
Salesiana de humildad,
no encuentro mejor Señora
que esta María Auxiliadora
que vive en la Trinidad.
Dame tu serenidad
de dulce rosa de té.
Sigue aumentando la fe
de mi pecho enamorado,
que tengo el labio gastado
de tanto besarte el pie.
“Dime, dulce mensajero
Que me rindes tu visita,
¿Como se llama el lugar
Que vislumbran mis pupilas?
Dime si es una ciudad
es un desierto sin vida
Escuché siempre a los hombres
Que si miras desde arriba
Verías en las ciudades
Enhiestas Torres altivas,
Catedral de cien agujas
Y plazas que maravillan
A todos los forasteros
Que gozan, sienten, y admiran“.
El ángel, por la vidriera
Dejó derramar la vista
Y vio columnas de humo
Escuchó gritos de ira,
Sirenas amenazantes
Y la sangre que corría.
Pero Ella, a pesar de todo
Conservaba una sonrisa,
Esperanza en unos labios
Que auxiliaban y atendían
Al mar de seres humanos
Que con sal de sus mejillas
Preguntaban mil porqués
Al Dios que vive en la brisa
El ángel cambió la letra
De su dulce avemaría
Y pudo mirar con gozo
Que al sentir la melodía
Diez seises de tez morena
A compás de seguidillas
Bailaban danzas de gloria
Ante el rostro de María
Y que una torre invisible
Con oscura sombra altiva,
Puso en las casas del barrio
Ángelus de mediodía
Aquellos niños cantaron
Con diez voces cristalinas
Sobre arcos, puentes y un río
Tan grande que sus orillas
Solo pueden desde lejos
Sentir que viven vecinas.
El ángel fue comprendiendo
Y la Virgen sonreía.
Extendió sus alas blancas,
La misión ya era cumplida.
Una última plegaria,
Un postrer avemaría
Y prosiguió su camino
Hacia la gloria infinita.
El eco se fue perdiendo
Pero vio en su despedida
Que los diez seises morenos
Cantaban sus maravillas
Y una giralda invisible
Haciendo flor de la rima
Le dijo a la Auxiliadora:
“Madre, estamos en Sevilla”.
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
Celestial Auxiliadora,
Salesiana de los cielos,
Madre de nuestros anhelos,
y amorosa intercesora
que velas siempre en la hora
de la inquietud y el dolor.
Tú eres la más bella flor
que brotó en la Trinidad,
azucena de humildad
y auxilio del pecador.
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
¿Cómo en pregón sevillano
olvidar tu hermoso nombre?
Puede que a algunos asombre
que sin ser yo salesiano
quiera acabar de tu mano.
Pero tu nombre enamora.
Eres mi Luz y mi Aurora,
pues en este mundo preso,
alivia sólo su peso
tu mirada, Auxiliadora.
Escúchame, Madre mía,
si nada ya me quedara,
si le perdiera la cara
al sueño y a la alegría,
tu nombre sí quedaría
en mi noche y en mi Aurora.
Y si aciago y solo llora
el mundo su desamparo,
será siempre como un faro
tu mirada, Auxiliadora
Si extraviara todo sueño
y quedara abandonado,
si el mundo, triste y cansado,
se me quedara pequeño,
si de mí no fuese dueño
cuando llegara mi hora,
sería tu nombre la Aurora
de mi crepúsculo herido,
pues nunca alcanzó mi olvido
tu mirada, Auxiliadora.
Si todo, vuelto al revés,
se descuadrara en mi vida,
si por culpa de una herida
viniera a menos mi fe,
sólo te pido que estés
como siempre y hasta ahora:
siempre Tú, Madre y Aurora,
mi angustia, junto a tu abrazo,
mi dolor, en tu regazo,
Madre eterna, Auxiliadora.
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
Agoniza otro mayo entre sus manos
cuando decae la tarde en su presencia,
ofreciéndole el sol su reverencia
con la luz de sus besos cotidianos.
Esta gloria de gozos salesianos
es reverbero fiel de la excelencia
de esta Mujer que habita en la conciencia
de aquellos que se unen como hermanos.
Es siempre en nuestro mar fúlgida estrella
que infunde la Esperanza
que sembró la Santa Trinidad en su mirada.
Y nunca habrá una Madre así de bella,
pues por eso en Sevilla se la honró
cual Reina Auxiliadora coronada.
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
Tocan campanas de gloria
los querubes de la tierra.
Toda la gracia se encierra
al proclamar su victoria.
Nos convoca en moratoria
a compartir su bonanza,
siendo siempre tu alianza
y María Auxiliadora.
En su altar, es mediadora
y el que le reza, la alcanza.
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
[…]Quiere ponerte aquel manto
que a tantos niños cobija
como le dijo a Don Bosco
aquella Virgen sencilla.
Quiere verte entre banderas
al unísono movidas
recitando las canciones
que hacia Ti van dirigidas.
Quiere llevarte al Colegio
donde los pupitres liman
tantas mentes inocentes
con tu amor de disciplina.
Quiere llevarte al Altar
de la cera Pontificia
donde sus padres quisieron
salesiana su sonrisa.
Quiere que acerques tus ojos,
y la mires detenida,
escales aquella rampa
que en la bajada le rindan
honores de buena Madre
entre rosas exquisitas.
Quiere que toques las nubes
de su peana ceñida
ayudándote sus ángeles
en un impulso a subirla.
Quiere que enfrentes tu cara
y te sientas acogida
por los labios que rezaron
noche y día por quien dicta
estos folios peregrinos
de tu Nombre y de tu vida.
Y cuando hayas mirado
su perfil allí en la cima,
quiere que bajes con Ella
entre pétalos que tiran
esos niños salesianos
con sus manos decididas.
Quiere que subas al paso
y con Ella en la Basílica
des el golpe al llamador
pues la calle está vestida
esperando tantas almas
daros su Oración sentida.
Quiere presto el pregonero,
salgas con Ella deprisa,
que en la puerta está impaciente
nuestra Madre Margarita.
Quiere que pases el arco,
mires fiel aquella esquina
y los Antiguos Alumnos
rezarán en tu salida.
Sigue recta por la calle
avanzando en la avenida
para entrar en salesianos
donde colegiales rindan
amor universitario
por el futuro al que miran.
Quiere que avances despacio,
Tú junto a Ella fundidas,
para pedir la Salud
que al Nazareno motiva.
Quiere que sigan los rezos
con la música furtiva
escondiendo pentagramas
en la emoción contenida
del bullicio en Calle Sol
esperando tu venida.
Ya se intuye aquel frontal,
y el cristal de guardabrisa
de las tulipas doradas
que os escoltan peregrinas.
Ya se lanzan hacia el cielo
esas luces ofrecidas
al hermoso firmamento
que esa noche tanto brilla.
Quiere que Tú le acompañes
para ver las Hermanitas
que a Sor Ángela encomiendan
por el pobre tu visita.
Quiere que cruces de nuevo
aquel arco mientras rizan
los naranjos de la acera
en la oscura amanecida,
pues la luz está llegando
a llamar en la Basílica.
Mírate Virgen Patrona
junto a su cara bendita,
os están girando al pueblo
mientras la marcha recita
el final del recorrido
y de este Pregón su medida.
Entra con Ella Patrona,
poco a poco, no le insistas
al capataz que te manda
y haz esa espera infinita
pues le cantan entre vítores
¡Viva Nuestra Madre, viva!
No plantes los cuatro zancos
aún es pronto todavía,
y es que empieza la Ciudad
a ser ti, tu misma hija.
Y por eso el pregonero
quiere los zancos arriba,
y Tú con Ella, Patrona,
dando tu beso, María,
en su Madre Auxiliadora
a las Glorias de Sevilla.
Pregón de las Glorias de Sevilla. Sevilla.
¿Quién hizo al euro, denario?
¿Quién hizo a Sevilla, Roma?
¿Quién dio romanesco aroma
al antiguo santuario?
¿Quién con su rito diario
sembró la gloria de ahora?
¿Quién ofreció sin demora
la flor que germinaría?:
Cada niño que traía
flores a la Auxiliadora.
Mayo Salesiano. Sevilla.
Volvemos a mirarte de frente
Ensalzada sobre esa nube.
Dios Niño se hace presente
Para que nada nos turbe,
Con la expresión sonriente
De todo aquel que al verte
Siempre lo mismo se pregunte.
Siendo tu auxilio, la fuente
De aquellos que te llaman
¿Quién no halla en tu mirada
El amor más permanente?
Contigo, se desborda el alma
Cuando llega el mes de mayo.
Sevilla proclama con tu estampa
El centro del mundo salesiano.
La ciudad en fiesta se engalana
De color celeste inmaculado
Y de rosa se tiñe la mañana
Reflejada en el tono de las
Pureza de tus manos.
Celebrando un nuevo veinticuatro,
Buscando el puerto que atraca
Donde llegar feliz y salvo.
Todos volvemos a tu llamada.
Impacientamos con tu encuentro.
¿Cómo te rezaremos
Cuando sepas de nuestras faltas?
Vendremos a suplicar la esperanza
Aquella que siempre tenemos.
Y en tu rostro, encontraremos
La verdad de tu enseñanza.
A nuestro rumbo, pondrás calma.
Darás guía a nuestro vuelo,
Sabiendo que cuando lleguemos
El final, siempre será tu cara.
Todo en mayo, comienza
Todo ante Ti, se levanta.
Se alzarán a tu paso, banderas
Que tu nombre, proclaman
Siendo testigo y seña
De la humildad que entregas
Cuando acudimos a tu casa.
Y así, tu mes se impacienta
Mientras las horas avanzan.
El reloj marca todos los minutos
Sellados por la alabanza
de decorar de nuevo, calles y plazas
en torno a un único camino:
encontrar nuestro auxilio
en la Fe de tu palabra.
Y aquí volveremos como niños.
Igual que este que te habla.
Aquel que encontró el motivo
Para rendirnos, siempre, ante tus plantas.
Pregón Bajada de María Auxiliadora. Sevilla.
Óyeme bien, Señora,
Anticipo pascual, presentimiento
Del nuevo paraíso que añoramos,
De ese mundo que todos deseamos
Libre de esclavitud y sufrimiento…
María, Auxiliadora y esperanza nuestra,
Con tu aliento hacia un cielo nuevo caminamos,
Por una tierra nueva trabajamos
Que florezca la paz y entendimiento.
En tus ojos, lagos de esperanza,
Me adentro y me sumerjo ilusionado,
Y la bondad me empapa, y la ternura;
Limpio ya, veo a Dios en lontananza
Que se acerca, cuan novio enamorado,
Besando y abrazando a sus criaturas.
Te esperamos, sí. No te hagas de rogar, Madre,
Ven a dar consuelo a nuestras vidas, ven a contagiarnos tu amor. Ven a mitigar nuestras penas, ven a colmarnos de tu paz. Ven pronto, baja ya.
Pues eres luna en mis noches,
y sol en mi firmamento
y el refugio de mi bosque
y la cara de mis sueños.
Eres sol, estrella y luna
y refugio, barca y viento
porque no ha habido ninguna
ni habrá en todos los tiempos
con una sonrisa tan limpia
con un mirar tan sereno
con un alma tan sencilla
y un corazón tan tierno.
Pregón Bajada de María Auxiliadora. Sevilla.
La Virgen subió a los cielos
-estrella de la mañana-,
y al bajar aquí se hizo
doblemente trinitaria:
pues el Cielo te corona,
Madre de Dios, Reina Santa,
y aquí el fervor de tus hijos,
ciñe ya tus sienes blancas:
Más de cien años mirándote;
sesenta y tres, Coronada.
La Virgen tuvo un antojo
de flores de porcelana
y las flores, con sus cálices
de pedrería y esmeralda,
precipitaron sus pétalos
en una ingente cascada.
Y cuando el cielo se puso
su ornato de oros y granas,
cruzó el alma de Sevilla
este pregón, sin palabras:
Más de cien años mirándote;
sesenta y tres, Coronada.
Don Bosco sueña en Turín
un lienzo que le arrebata,
y aquí en Sevilla esta Reina,
juvenil y estilizada,
pierde el perfil de matrona
y se nos hace muchacha.
Y es que el Santo de los jóvenes
deja una consigna clara:
juventud y Auxiliadora,
la Auxiliadora y las almas.
Más de cien años mirándote;
sesenta y tres, Coronada.
Hay en tus ojos reflejos
de mantillas y giraldas
que ponen mayo a tus pies…
rendido ante tus plantas.
Y en tu paso hay un enjambre
de rosas quietas de plata
que el Parque para sus fuentes
envidioso deseara.
Y cuando el cielo se puso
su ornato de oros y granas,
cruzó el alma de Sevilla
este pregón sin palabras:
Más de cien años mirándote;
sesenta y tres, Coronada.
Don Bosco nos dio a María
como prenda salesiana,
pero Ella vino a esta tierra
para hacerse sevillana.
¡Madre de Dios de los jóvenes!
¡Auxiliadora del alma!
¡Sagrario de soledades!
¡Remedio de nuestras faltas!
¡Refugio de Pecadores!
¡Purísima y Esperanza!
¡Auxilio de los Cristianos
que acoges bajo tus alas!
¡Luz de la Archicofradía
que te mima y que proclama:
Más de cien años mirándote;
sesenta y tres, Coronada.
Bastarán unos minutos,
para que nuestras miradas
puedan cruzarse esta tarde:
Madre, baja, baja, ¡baja!
Pregón Bajada de María Auxiliadora. Sevilla.
Es así como comienza
Nuestra historia reencontrada
Cuando al vernos frente a frente
Solo Tú, te iluminabas,
Intentando dar al tiempo
Más minutos de templanza
Pues quisimos darte un beso
Y un te quiero por palabra.
Es así como comienza
Todo a oscuras y Tú, al alza,
En la cima de ese Cielo
Que Sevilla te prepara,
Entre niños despertando
Cada nube hecha de lana,
Para tallar con sus manos
Aquella hermosa peana.
Es así como comienza,
Sobre un Altar, todo en calma,
Entre las grandes columnas
Que el camarín te detalla
Bajo frescos en la cúpula
Que los Santos te pintaran,
Pues se asoman querubines
En esta noche temprana.
Los Altares de madera
Y los cuadros que te ensalzan
En penumbra se disponen
Atentos a tu mirada,
Circunscrita y peregrina,
Que se posa en esa rampa.
Es así como comienza
Nuestra historia dulce y larga,
Ya tenemos varios años
De presencia en tu Bajada.
Y no creas que los muros,
Que este Templo te levanta,
No reviven nuestro cuento
En las calles y las plazas,
Pues también todo comienza
Cada mayo en las ventanas,
Disponiendo los vecinos
Su mejor traje de gala,
Adornando los balcones
De celeste inmaculada
Para Tú poner el rosa
Cuando a tu paso tocaras
Sus promesas y designios
Con tu Cetro soberana.
Las banderas en el viento,
Los naranjos que te llaman
Y en zaguanes se colocan
Los Altares que te alaban.
El murmullo de la gente
Sólo te nombra muchacha
Y es que el centro de sus vidas
En tus labios se nos marca.
Todo es tuyo bella flor
Con los pájaros que cantan
Otra fiesta bienvenida
Devolviéndonos tu cara.
El reflejo de ese manto
Es el sol en la mañana,
Y los rizos de tu Niño
Son la luz de madrugada.
Las estrellas ya las portas
En tu cabello de ráfaga
Y guardando tu corona
Bella perla en beta blanca.
Es así como comienza
Nuestra historia bella Dama,
Todo a oscuras en la Iglesia
Mientras Tú brillas humana
En la cumbre firme y presta
Que tus hijos te levantan.
Todo comienza contigo
Mientras devuelven la llama,
Iluminando tu Templo,
Las banderas volteadas.
Nos la portan monaguillos
Con sus becas colocadas
Evocando en sus colores
Que esta Ciudad que te aclama
Quiso en su rostro tu Imagen
Para llamarse mariana.
Ya estás viendo Madre Nuestra,
Cuantas almas presentadas,
En los bancos del tumulto
Esperando tu llamada.
Todos están expectantes
Tras el rezo de semanas
Necesitando tu Imagen
Para verla más cercana.
Es por eso que te invito
A que sientas en fragancia
La emoción enaltecida
Al llegar esta Bajada.
Busca en todo esos niños
Nuestra ilusión acertada,
Les verás una sonrisa
Pues te quieren más que a nada.
Da ya el paso Virgen buena,
Deja el Cielo a las espaldas
Que este pueblo está a la espera
De rendirse ya a tus plantas.
Y elevarte con los cantos
Todo rezo y sus plegarias,
Y mover con sus banderas
Esta lumbre castellana,
Y llevarte con sus pajes
La realeza de tu estampa,
Y sentir que fuimos niños
Que tu rostro nos miraba,
Y volver en este cuento
A llamarte linda y guapa.
Es así como comienza
esta historia, sevillana,
a tus pies Auxiliadora,
nuestra Madre salesiana.
Por Sevilla quiebran albores. Sevilla.
Por Sevilla quiebran albores
Con una dulzura al atardecer,
Que su luz entre la oscuridad se distingue,
Siendo rosa, siendo clavel.
Dios lo quiso así, para Sevilla
Pétalos de brisa al viento,
Que en un lugar trinitario
Yace la belleza hecha mujer,
Un auxilio de doncella elegida.
Una elegancia de pureza inmaculada.
Eres Tú, la de la Gracia Llena,
De donde el verbo ha de nacer,
Eres llanto, eres pureza
Eres rosa de escogido vergel.
¿Qué revuela por el aire?
¿Qué suspira de Sevilla el viento?
¿Qué cantar se oye?
¿Dónde estás, que no te veo?
Siendo tú la primavera de la vida,
Siendo tú del llanto, la alegría
Siendo tú de Sevilla su suspiro
Siendo tú la vida del alma mía.
Es tu hijo la niñez de mi infancia
De nuestra adolescencia, la inocencia.
Eres ti, en la adultez, la madurez,
Siendo tu rostro Ternura en la vejez.
Como sol que nace
Vistiendo de luz el día
Eres Tú, la que viste en la vida
de fe, dulzura, auxilio y alegría.
Y es que Dios lo quiso así para Sevilla.
Que hasta lo tuvo que dejar escrito,
Que un templo Sevilla te diera,
donde en tus brazos jugase tu hijo.
Por eso bajaron los ángeles del cielo
Para que en nombre de Dios Padre
te bautizaran aquí los niños.
Te dieron cetro, te dieron corona
Y sonaron, en mayo, campanas de gloria
Porque te pusieron Maña
Pero en la Trinidad eres Auxiliadora
Ausencia siempre presente (Restauración de María Auxiliadora). Sevilla.
Dicen que nos dejas, Madre.
No me lo puedo creer.
¿Que tú te vas? ¿te ausentas?
No, eso no puede ser.
Nuestro cariño hacia Ti
nos lleva a estar donde estés.
No te dejaremos sola,
nos tendrás siempre a tus pies.
Acariciando tu cara,
admirando tu esbeltez,
contemplando tu belleza,
rosicler de amanecer.
Admirando tu hermosura
trenzada de sencillez.
Mirándonos en tus ojos,
espejos de amor y fe.
Esperanza en los momentos
de sufrir y padecer.
Auxilio de los cristianos,
su nombre ya lo sabéis:
la que nos conduce y guía
con ternura de mujer.
Joya de la Trinidad.
Y de Sevilla honra y prez.
Te esperamos, no lo olvides.
Y no tardes en volver.
Para tu Niño un aplauso
Y otro para ti también.
Ya está esperando un Sol. Sevilla.
Ya te está esperando un Sol
De mayo en la primavera
Con azul raso de cielo
Para tu manto de Reina
Y rosas entre gladiolos
Del color que se asemeja
A tus mejillas de nardo
Sonrosadas de pureza.
Ya está ondeando en el aire
La salesiana bandera
Que proclama por el viento
De las cuatro azucenas
El sueño de unas campanas
Repicando a buena nueva
El júbilo desbordado
De tu Solemne Novena.
Los Ángeles Trinitarios
Buscan las varas más frescas
Recién cortadas del Valle
De las celestes praderas
Para alfombrar las escalas
Que desde el cielo te acercan
Y así tus sagradas plantas
Otro roce no sintieran
Mas que flores perfumadas
Cuando bajes a la Tierra.
Para verte Auxiliadora
La ancha ronda se hace estrecha
Desde Carmona hasta Osario
Desde Arroyo hasta Venecia
Te espera la calle Sol
Como soñara el poeta
Que cuando llegue tú paso
Y engalanada de Fiesta
Entre y no se valla nunca
Que no cabe más belleza
Ni Auxilio de los Cristianos
Como Tu Augusta Presencia.
Una mirada que enamora. Sevilla.
Cuántas cosas te expresamos
con la mirada, Señora.
Una mirada de súplica.
Una mirada que implora.
Una mirada sufriente,
sangre roja de amapola.
Una mirada que ruega
por aquel hijo en la droga,
por ese enfermo en la cama,
por esa ancianita sola,
que va quemando su vida
día a día, y hora a hora.
Una mirada de súplica
por esos novios y novias,
que a fundar van un hogar,
santuario en que a Dios se adora.
Mirada de acción de gracias,
que del corazón nos brota,
por la vida, la familia,
la bondad de las personas,
la entrega y el sacrificio
de tantos hijos que hoy te honran.
Una mirada, María,
una mirada, Señora,
De estos hijos que hoy te aclaman
su Madre y Auxiliadora.
Y, gracias por tu mirada
llena de misericordia.
Gracias porque nos miras,
pues tu mirada enamora.
Míranos siempre, María,
míranos, sí, bella aurora,
pues el corazón te anhela
y en ti confía, Auxiliadora.
Tiñe mis ojos de azul,
tiñe mis ojos de rosa,
para cantar el amor
que el corazón atesora.
Limpia mis Ojos, con mimo,
limpia mis Ojos, Señora,
para poder verte, un día,
cara a cara, allá en la GLORIA
Pregón Distrito San Pablo – Santa Justa. Sevilla.
No estaba tomando apuntes
ni era la clase de Historia,
no terminé el ejercicio
no usé mi calculadora.
No precisé de las Ciencias
ni de ecuaciones y fórmulas.
Tampoco usé del latín
para declinar la rosa.
No encontré nunca filósofo
para explicarme la lógica
de ser la mujer sencilla
que mejor usa corona.
No se explicaba en botánica
siendo la flor más hermosa.
La química no decía
por qué a todos enamora
ni me respondió la física
por qué su cerro le flota
sin que exista gravedad
que a sus plantas no se rompa.
Pero, aunque no hubiera clase
ni se nos pusiera nota,
yo he aprendido Sevilla
a los pies de la Señora,
yo he visto que la ciudad
a la que cantan las coplas
es mucho más que Giralda
y parque de las palomas.
Yo he visto que la ciudad
sus murallas las desborda
para llenar de Sevilla
este trocito de Ronda
Aquí está la Vida oculta
que el Evangelio pregona
silenciando treinta años
que son la verdad más honda
de un Dios que se había quedado
viviendo entre nuestras cosas.
Yo lo aprendí en el colegio
llamándote Auxiliadora.
Lo que el evangelio calla
Sevilla nos Io pregona.
Tú le enseñaste a rezar,
como las madres de ahora.
Tú le arropaste en la cama,
y a dormir que ya es la hora
de soñar con angelitos
antes que llegue la aurora.
Tú fuiste esposa también,
como las novias de ahora
y sabes ver cuando falta
el vino de nuestras bodas.
Y eso lo comprendí
al mirarte, Auxiliadora.
La vida son los detalles
que el Evangelio se ahorra
para que Sevilla cuente
que Dios vivió en nuestras cosas.
Y aunque no tomara apuntes
ni me pusieran la nota
aprendí a ser sevillano
rezando a mi Auxiliadora.
El estandarte corporativo de nuestra Archicofradía fue diseñado y confeccionado en el taller de bordados Mariano Martín Santonja en 2008 y enmarcada en su zona central con una pintura de José Méndez Jarén de 1981, que representa a la Virgen como Reina llevando en su mano izquierda a Jesús Niño, a los lados aparecen diversos angelitos acompañándola, los cuales portan el escudo de la Archicofradía, la flor de azahar y sendas cartelas con la inscripción de Maria Auxilium Christianorum.
En 2018 el estandarte se restauró y enriqueció por Francisco Carrera Iglesias «Paquili», la pintura fue sustituida por una cartela con la misma imagen bordada en seda y el tejido elegido para el estandarte fue un otomán celeste.
Conjunto rectangular de autor desconocido elaborado en 1931. En 2006, Francisco Carrera Iglesias realizó su restauración y enriquecimiento. Los bordados son en oro fino sobre tisú celeste y plata. En el centro figura la Virgen María como Reina y Auxilio de los Cristianos.
Compuesta de Tintinábulo (del latin tintinabulum, campanilla) y Canopeo (del latín: canopeum) o Umbraculum (también del latín: umbra ’sombra’ – sombrilla), es la insignia que la Santa Sede concede a aquellos templos a los que eleva a la dignidad de basílica.
Pabellón Basilical obra de Orfebrería Jiménez Almagro (2004) y Mariano Martín Santonja (2008); tintinábulo, de Orfebrería Santos (2009); y ciriales de la cruz basilical, de autor desconocido (1960).
Fernández y Enríquez diseñó y elaboró una insignia para conmemorar en 1996 el centenario de la fundación de la Archicofradía de María Auxiliadora Coronada.
José Méndez diseñó la bandera de María Auxiliadora en 1984 para ser bordada por Carrasquilla. En 2019 esta bandera fue pasada a un nuevo raso celeste y rosa por el taller de bordador de nuestra Archicofradía.