Auxiliadora Coronada

Saiz Meneses: “María Auxiliadora es faro de esperanza y testimonio vivo de fe”

Saiz Meneses: “María Auxiliadora es faro de esperanza y testimonio vivo de fe”

  • El Arzobispo de Sevilla destaca la importancia espiritual y pastoral de la Basílica María Auxiliadora en el Jubileo 2025

Un saludo cordial a la Archicofradía de María Auxiliadora de Sevilla y a todos los devotos de la Santísima Virgen, Auxilio de los cristianos. Como pastor de la Archidiócesis, es un honor compartir estas líneas con la Archicofradía que honra a esta advocación mariana, cuya presencia en nuestra ciudad es un faro de esperanza y un testimonio vivo de la fe salesiana. La figura de María Auxiliadora nos invita a reflexionar sobre la maternidad divina que, en su infinita misericordia, nos acerca a Cristo.

La devoción a María Auxiliadora, impulsada por San Juan Bosco, encuentra su raíz en la certeza de que la Virgen María es la primera discípula y la madre espiritual de la Iglesia. Como recuerdan las Constituciones Salesianas, María “ocupa un puesto singular en la historia de la salvación”, siendo modelo de oración, caridad y fidelidad. Su título de Auxiliadora no es casual: en los momentos más críticos de la vida, ella intercede por nosotros, guiándonos hacia la luz de Cristo.

En Sevilla, esta devoción se vive y se irradia en la Basílica que lleva su nombre, un espacio sagrado donde la Comunidad Salesiana y los fieles encuentran consuelo y fortaleza. La historia de su construcción está tejida de fe y entrega. Desde su consagración en 1980 hasta su elevación a Basílica Menor en 2008, este templo ha sido testigo de innumerables actos de confianza en María, especialmente en momentos de dificultad personal o colectiva.

El año 2025 nos trae una nueva oportunidad de renovación espiritual con el Jubileo Ordinario. Con gran alegría, he designado la Basílica María Auxiliadora como uno de los templos jubilares de nuestra Archidiócesis. Esta decisión no es casual: la Basílica, como primer templo en España dedicado a esta advocación, representa un núcleo de vida litúrgica y pastoral que alienta a los fieles a acercarse a la misericordia de Dios. El decreto jubilar establece que, en estos lugares sagrados, los creyentes podrán obtener la indulgencia plenaria mediante la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Papa. Para nuestra Basílica, esto significa una invitación a profundizar en la espiritualidad salesiana, que Don Bosco sintetizó en su famoso lema: “Da mihi animas, cetera tolle(“Dame las almas, llévate el resto”). María Auxiliadora, como madre y educadora, nos enseña a mirar a los jóvenes y a los más necesitados con los ojos de Cristo, ofreciendo esperanza donde parece haber oscuridad.

La designación jubilar de la Basílica María Auxiliadora no es un acto administrativo, sino un gesto pastoral que nos recuerda la urgencia de volver a Cristo. En un mundo marcado por la desvinculación y el individualismo, María nos muestra el camino de la humildad y la entrega. Como escribió Don Bosco: “Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”. Estas palabras, leídas en clave jubilar, nos exhortan a confiar en su intercesión para superar los obstáculos que nos alejan de Dios.

La presencia salesiana en la Basílica María Auxiliadora es un tesoro para nuestra Archidiócesis. La comunidad mantiene viva la espiritualidad de Don Bosco, centrada en la educación integral y la defensa de los jóvenes. La Archicofradía, al organizar procesiones como la Triunfal de María Auxiliadora Coronada, no solo honra a la Virgen, sino que también proyecta hacia la sociedad el mensaje de amor y servicio que caracteriza a la Familia Salesiana.

En este Jubileo, invito a todos a visitar la Basílica María Auxiliadora con devoción. Que su imagen, coronada de gracia, nos inspire a ser auxiliadores de los demás, como ella lo es para nosotros. Que cada paso hacia este templo jubilar sea un acto de fe, un paso hacia la conversión y hacia la plenitud de la vida en Cristo. Que María Auxiliadora, Madre y Maestra, nos conduzca siempre por el camino de la santidad y nos ayude a ser testigos vivos del amor de Dios.

“María Auxiliadora, ruega por nosotros”.

Con mi bendición,

 José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla